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Así que todos los israelitas[a] dejaron a David y siguieron a Sabá hijo de Bicrí. Pero el pueblo de Judá se quedó con su rey todo el camino, desde el río Jordán hasta Jerusalén. Cuando David regresó al palacio en Jerusalén, puso a las diez concubinas que había dejado a cargo del palacio en una casa bajo vigilancia. David se encargaba de ellas y les daba de comer, pero nunca volvió a acostarse con ellas. Allí permanecieron como si fueran viudas, hasta que murieron. El rey le dijo a Amasá:

—Dile al pueblo de Judá que se reúna conmigo en tres días. Tú también debes estar ahí.

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Footnotes

  1. 20:2 israelitas Aquí se refiere a las tribus que no son parte de Judá.