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27 Joab le contestó:

—Te juro por Dios que, si no hubieras dicho nada, mis hombres te habrían perseguido, a ti y a los tuyos, hasta el amanecer.

28 Enseguida Joab tocó la trompeta, y sus soldados dejaron de perseguir a los israelitas. A partir de ese momento, dejaron de pelear con ellos. 29 Por su parte, Abner y su ejército caminaron toda esa noche por la llanura de Arabá. Cruzaron el río Jordán por el atajo de Bitrón, y finalmente llegaron a Mahanaim.

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