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20 Y cuando Abner miró hacia atrás, exclamó:

—¡Pero si eres tú, Asael!

—¡Claro que soy yo! —respondió él.

21 Entonces Abner le dijo:

—Deja ya de perseguirme. Mejor agarra a alguno de los criados y quédate con todo lo que lleva encima.

Pero como Asael no quiso dejar de perseguirlo, 22 Abner volvió a decirle:

—¡Deja ya de perseguirme, o me veré obligado a derribarte por tierra! Y luego, ¿con qué cara voy a presentarme ante tu hermano Joab?

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