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La lucha se extendió por todo el territorio y aquel día el bosque causó más estragos que la espada.

Absalón, montado en un mulo, se encontró de frente con la gente de David y, al pasar el mulo bajo las ramas de una gran encina, se le enredó la cabeza en la encina y quedó colgando en el aire, mientras el mulo que montaba siguió adelante. 10 Alguien que lo vio informó a Joab:

— He visto a Absalón colgando de una encina.

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