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29 Y el rey le preguntó:

— ¿Está bien el joven Absalón?

Ajimás respondió:

— Vi un gran alboroto cuando tu servidor Joab me enviaba, pero no sé lo que era. 30 El rey le dijo:

— Apártate y quédate ahí.

Él se retiró y se quedó allí. 31 Entonces llegó el cusita y dijo:

— ¡Hay buenas noticias para mi señor, el rey! El Señor te ha librado hoy de todos los que se habían rebelado contra ti.

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