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13 Entonces habría arriesgado mi vida en vano, pues el rey lo descubre todo y tú te habrías quedado al margen.

14 Joab le contestó:

— ¡No quiero seguir perdiendo el tiempo contigo!

Echó mano a tres flechas y las clavó en el corazón de Absalón, que todavía colgaba vivo de la encina. 15 Luego diez muchachos, asistentes de Joab, rodearon a Absalón y lo remataron.

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