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11 Entonces ella le suplicó:

―¡Ruego a mi rey invocar al Señor tu Dios, para que quien deba vengar la muerte de mi hijo no aumente mi desgracia matando a mi otro hijo!

―¡Tan cierto como que el Señor vive —respondió el rey—, juro que tu hijo no perderá ni un solo cabello!

12 Pero la mujer siguió diciendo:

―Permite mi señor y rey a esta tu sierva decir algo más.

―Habla.

13 ―¿Cómo es que intentas hacer lo mismo contra el pueblo de Dios? Al prometerme el rey estas cosas, se declara culpable, pues no deja regresar a su hijo desterrado.

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