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Cuando David se enteró, envió mensajeros a su encuentro, pues se sentían muy avergonzados, para decirles:

— Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba y entonces regresan.

Los amonitas comprendieron que habían provocado a David y enviaron a contratar como mercenarios a veinte mil soldados arameos de Bet Rejob y de Sobá, a mil hombres del rey de Maacá y doce mil hombres de Tob. David se enteró y mandó a Joab con todo el ejército de guerreros.

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