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los dignatarios amonitas dijeron a su señor Janún:

— ¿Crees que David ha enviado emisarios sólo para darte el pésame y mostrarte su estima por tu padre? ¿No te habrá enviado más bien su embajada para inspeccionar la ciudad, explorarla y luego destruirla?

Entonces Janún apresó a los servidores de David, les afeitó la mitad de la barba, les cortó los vestidos hasta las nalgas y luego los expulsó. Cuando David se enteró, envió mensajeros a su encuentro, pues se sentían muy avergonzados, para decirles:

— Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba y entonces regresan.

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