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17 El rey mandó a uno de sus oficiales ayudantes a la puerta de la ciudad, pero la gente lo pisoteó y murió. Todo ocurrió tal como el hombre de Dios había dicho cuando el rey había ido a la casa de Eliseo. 18 Eliseo había dicho: «Se podrán comprar 3 kilos de harina fina por tan solo una moneda de plata y 6 kilos de cebada se podrán comprar también por el mismo precio en el mercado que está en la puerta de Samaria». 19 Pero ese oficial le había dicho al hombre de Dios: «Eso no ocurriría ni aunque el SEÑOR abriera las ventanas del cielo». Y Eliseo le dijo al oficial: «Lo verás con tus propios ojos, pero no podrás comer nada».

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