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El rey de Siria le respondió:

―Bien, puedes ir; yo le mandaré una carta al rey de Israel.

Y así Naamán se fue, llevando treinta mil monedas de plata, seis mil monedas de oro[a] y diez mudas de ropa. La carta que le llevó al rey de Israel decía: «Cuando te llegue esta carta, verás que el portador es Naamán, uno de mis oficiales. Te lo envío para que lo sanes de su lepra».

Al leer la carta, el rey de Israel se rasgó las vestiduras y exclamó: «¿Y acaso soy Dios, capaz de dar vida o muerte, para que venga alguien y me pida sanar a un leproso? ¡Fijaos bien cómo me está buscando pleito!»

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Footnotes

  1. 5:5 treinta mil … oro. Lit. diez talentos de plata y seis mil [siclos] de oro.