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Luego ella fue y se lo contó al hombre de Dios, quien dijo:

—Anda, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos vivan de lo que quede.

Eliseo anuncia un hijo a una sunamita

Aconteció que cierto día pasaba Eliseo por Sunem. Y había allí una mujer importante, quien lo invitó insistentemente a comer. Y sucedía que cada vez que él pasaba, entraba allí a comer. Entonces ella dijo a su marido:

—He aquí, yo sé que este hombre que siempre pasa por nuestra casa es un santo hombre de Dios.

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