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12-15 Luego le dijo a su sirviente Guehazí:

—Esta señora se ha preocupado mucho por nosotros, pregúntale qué podemos hacer por ella. Pregúntale también si quiere que le hablemos bien de ella al rey o al jefe del ejército.

Cuando el sirviente de Eliseo se lo preguntó, la mujer contestó:

—No me falta nada; vivo tranquila entre mi gente.

Cuando Eliseo le preguntó a su sirviente qué podían hacer por ella, Guehazí contestó:

—Bueno, ella no tiene hijos y su marido es anciano.

Entonces Eliseo le dijo:

—Llámala.

El sirviente la llamó, y cuando ella llegó, se quedó en la puerta.

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