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El milagro del aceite

Una mujer, casada con uno de la comunidad de profetas, fue a suplicar a Eliseo:

— Mi marido, servidor tuyo, ha muerto; y tú sabes que era un hombre religioso. Ahora ha venido el acreedor a llevarse a mis dos hijos como esclavos. Eliseo le dijo:

— ¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa.

Ella respondió:

— Sólo me queda en casa una alcuza de aceite.

Eliseo le dijo:

— Sal a pedir vasijas a todas tus vecinas, vasijas vacías en abundancia.

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