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No tienen que decirles que rindan cuentas por lo que se les entrega porque son gente que actúa con honestidad».

El sumo sacerdote Jilquías le dijo al cronista Safán: «Encontré el libro de la ley[a] en el templo del SEÑOR». Se lo entregó, Safán lo leyó y se fue a ver al rey Josías para informarle lo siguiente:

—Tus siervos juntaron todo el dinero que estaba en el templo y se lo entregaron a los que hacen el trabajo en el templo del SEÑOR.

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Footnotes

  1. 22:8 libro de la ley Probablemente se trata del libro de Deuteronomio. Igual en 23:2.