2 Reyes 13-14
Reina Valera Contemporánea
Reinado de Joacaz
13 Joás hijo de Ocozías, rey de Judá, tenía veintitrés años de reinar cuando Joacaz hijo de Jehú comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó diecisiete años. 2 Pero hizo lo malo a los ojos del Señor, y siguió cometiendo los mismos pecados con que Jeroboán hijo de Nabat hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos. 3 Entonces se encendió el furor del Señor contra Israel, y durante mucho tiempo los entregó en manos del rey Jazael de Siria y de su hijo Ben Adad. 4 Sin embargo, Joacaz oró en presencia del Señor, y el Señor lo escuchó porque vio cómo el rey de Siria afligía a Israel.
5 En efecto, el Señor envió un salvador a Israel, que los libró del poder de los sirios; así los israelitas volvieron a habitar en sus tiendas, como antes. 6 A pesar de eso, no se apartaron de los pecados con que la familia de Jeroboán hizo pecar a Israel, sino que siguieron cometiéndolos, y también la imagen de Asera permaneció en Samaria.
7 Joacaz no contaba ya con más de cincuenta soldados de caballería, diez carros de combate y diez mil soldados de infantería, pues el rey de Siria había desbaratado el ejército y lo había hecho morder el polvo.
8 El resto de los hechos de Joacaz, y todas sus obras y hazañas, se halla registrado en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 9 Cuando Joacaz se reunió con sus antepasados, lo sepultaron en Samaria, y en su lugar reinó su hijo Joás.
Reinado de Joás de Israel
10 Joás tenía treinta y siete años de reinar sobre Judá cuando Joás hijo de Joacaz comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dieciséis años en Samaria. 11 Pero hizo lo malo a los ojos del Señor. No se apartó de todos los pecados con que Jeroboán hijo de Nabat hizo pecar a Israel, sino que siguió cometiéndolos.
12 Los demás hechos de Joás, y todas sus obras, y su denodada lucha contra el rey Amasías de Judá, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 13 Cuando Joás se reunió con sus antepasados, fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel. Jeroboán lo sucedió en el trono.
Profecía final y muerte de Eliseo
14 Eliseo cayó enfermo, y de esa enfermedad murió. El rey Joás fue a visitarlo, y con lágrimas en los ojos dijo:
«¡Padre mío, padre mío! ¡Tú has sido para Israel su caballería y sus carros de combate!»(A)
15 Eliseo le dijo:
«Toma un arco y unas flechas.»
Joás tomó el arco y las flechas, 16 y entonces Eliseo le dijo:
«Rey de Israel, sujeta el arco con tus manos.»
Joás así lo hizo. Entonces Eliseo puso sus manos sobre las manos del rey, 17 y dijo:
«Ahora abre la ventana que da al oriente.»
Cuando Joás la abrió, Eliseo le ordenó:
«Ahora, ¡lanza la flecha!»
En el momento en que Joás lanzó la flecha, Eliseo exclamó:
«Con esta flecha el Señor los salvará de Siria. En Afec herirás de muerte a los sirios, y acabarás con ellos.»
18 Dicho esto, añadió:
«Toma las flechas restantes.»
En cuanto el rey de Israel las tomó, le dijo:
«Ahora golpea el suelo.»
El rey golpeó el suelo tres veces, y se detuvo. 19 Entonces el varón de Dios se enojó con él, y le dijo:
«Si hubieras golpeado el suelo cinco o seis veces, habrías derrotado a Siria hasta su último hombre. Pero ahora sólo derrotarás a Siria tres veces.»
20 Eliseo murió, y lo sepultaron. Ese mismo año, unas bandas de bandoleros moabitas incursionaron en el país. 21 Y sucedió que, mientras se enterraba un cadáver, de pronto apareció una banda de esos bandoleros; entonces los enterradores dejaron caer el cadáver en el sepulcro de Eliseo, y en cuanto el cadáver tocó los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso de pie.
22 El rey Jazael de Siria afligió a Israel durante todo el reinado de Joacaz. 23 Pero el Señor vio esto y tuvo misericordia; se compadeció de su pueblo por causa de su pacto con Abrahán, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos ni arrojarlos de su presencia, hasta el día de hoy.
24 A la muerte del rey Jazael de Siria, reinó en su lugar su hijo Ben Adad. 25 Entonces Joás hijo de Joacaz retomó las ciudades que Jazael le había ganado en combate a Joacaz, su padre. Tres veces derrotó Joás a Ben Adad hijo de Jazael, y así recuperó las ciudades para Israel.
Reinado de Amasías(B)
14 Joás hijo de Joacaz tenía dos años de reinar en Israel cuando Amasías hijo de Joás comenzó a reinar en Judá. 2 Amasías tenía entonces veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre se llamaba Yoadán, y era de Jerusalén. 3 Amasías hizo lo recto a los ojos del Señor, como lo había hecho Joás, su padre, aunque no como su antepasado David. 4 Sin embargo, los altares en los montes no fueron quitados, pues el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en esos altares.
5 Cuando Amasías se afirmó en el trono, mató a los siervos que habían dado muerte al rey, su padre, 6 pero no mató a los hijos de éstos, con lo que cumplió lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde el Señor claramente dice: «No se matará a los padres por culpa de los hijos, ni a los hijos por culpa de los padres, sino que cada uno morirá por causa de su propio pecado.»(C)
7 Amasías también mató a diez mil edomitas en el Valle de la Sal, y en una batalla conquistó Sela, y la llamó Yoctel, que hasta el día de hoy es su nombre.
8 En cierta ocasión, Amasías envió mensajeros para desafiar al rey Joás de Israel, que era hijo de Joacaz y nieto de Jehú. El mensaje decía:
«Ven, para que nos veamos las caras.»
9 El rey Joás de Israel respondió al rey Amasías de Judá con esta parábola:
«Una vez, en las montañas del Líbano, un cardo envió a decir al cedro: “Dale tu hija a mi hijo, para que sea su mujer.” Pero pasaron las fieras del Líbano, y pisotearon el cardo. 10 Es verdad que has derrotado a Edom, y que el corazón se te ha hinchado; por mí, puedes seguir vanagloriándote, pero dentro de tu casa. ¿Para qué meterte en problemas? ¿Quieres que tú y Judá salgan derrotados?»
11 Amasías no se dio por aludido. Entonces el rey Joás de Israel se puso en marcha a Bet Semes, que está en Judá, y allí se vieron las caras el rey Amasías de Judá y él. 12 Y los de Judá fueron derrotados por los de Israel, y todos salieron huyendo a su campamento.
13 En Bet Semes, el rey Joás de Israel tomó cautivo al rey Amasías de Judá, que era hijo de Joás y nieto de Ocozías. Luego se dirigió a Jerusalén y derribó cuatrocientos codos de su muralla, desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la esquina; 14 se llevó todo el oro y la plata, y todos los utensilios que fueron hallados en el templo del Señor y en los tesoros del palacio real, tomó como rehenes a los hijos del rey, y después de eso volvió a Samaria.
15 Los demás hechos de Joás, y sus hazañas, y su lucha contra el rey Amasías de Judá, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 16 Cuando Joás fue a reunirse con sus antepasados, fue sepultado en Samaria, junto con los reyes de Israel. En su lugar reinó su hijo Jeroboán.
17 Después de la muerte de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel, Amasías hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años. 18 Los demás hechos de Amasías, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 19 Como en Jerusalén hubo quienes conspiraron contra él, huyó a Laquis; pero fue perseguido hasta Laquis, y allá lo mataron. 20 Luego lo trajeron en caballos, y lo sepultaron en Jerusalén, la ciudad de David, junto con sus antepasados. 21 Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, que tenía dieciséis años, y lo proclamaron rey en lugar de Amasías, su padre. 22 Después de que el rey se reunió con sus antepasados, Azarías reconstruyó Elat y la restituyó a Judá.
Reinado de Jeroboán II
23 Amasías hijo de Joás tenía quince años de reinar sobre Judá cuando Jeroboán hijo de Joás comenzó a reinar sobre Israel, y reinó cuarenta y un años en Samaria. 24 Pero hizo lo malo a los ojos del Señor, y no se apartó de todos los pecados con que Jeroboán hijo de Nabat hizo pecar a Israel. 25 Conforme a la palabra que el Señor, Dios de Israel, pronunció por medio de su siervo Jonás(D) hijo de Amitay, el profeta de Gat Jéfer, Jeroboán restauró los límites de Israel, desde la entrada de Jamat hasta el mar del Arabá. 26 Y es que el Señor vio que Israel sufría una amarga aflicción, y que no había siervo ni libre, ni nadie que ayudara a Israel. 27 Además, el Señor no había determinado borrar de este mundo el nombre de Israel; por eso los salvó por medio de Jeroboán hijo de Joás.
28 Los demás hechos de Jeroboán, y todas sus obras y hazañas, y todas las batallas que libró, y cómo restituyó Damasco y Jamat, que habían pertenecido a Judá, al dominio de Israel, todo eso se halla registrado en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 29 Cuando Jeroboán se reunió con sus antepasados, los reyes de Israel, en su lugar reinó su hijo Zacarías.
2 Crónicas 25
Reina Valera Contemporánea
Reinado de Amasías(A)
25 Amasías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre se llamaba Yoadán, y era de Jerusalén. 2 Y Amasías hizo lo recto a los ojos del Señor, aunque no de todo corazón, 3 pues tan pronto como fue confirmado en el trono mató a los siervos que habían matado a su padre el rey. 4 Sin embargo, y de acuerdo con lo que está escrito en la ley, en el libro de Moisés, no mató a los hijos de ellos, pues allí el Señor ha ordenado: «No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres. Cada uno morirá por causa de su pecado.»(B)
5 Amasías reunió a los de Judá y puso jefes de millares y de centenas sobre todo Judá y Benjamín, según el orden de sus familias. Además, levantó un censo de todos los hombres mayores de veinte años, y se encontró que había trescientos mil capaces de ir a la guerra y de empuñar lanza y escudo. 6 Además, contrató a cien mil israelitas aguerridos, a los que pagaba un sueldo de tres mil trescientos kilos de plata. 7 Pero vino un hombre de parte de Dios, y le dijo:
«Su Majestad, no conviene que el ejército de Israel lo acompañe, porque el Señor no está con los israelitas ni con ninguno de los efraimitas. 8 Si Su Majestad decide hacerlo así, e insiste en entrar en combate, Dios lo hará caer derrotado delante de sus enemigos, porque Dios tiene el poder de ayudar y de derrotar.»
9 Pero Amasías le dijo al hombre de Dios:
«¿Y qué va a pasar con los tres mil trescientos kilos de plata que le he pagado al ejército israelita?»
Y el hombre de Dios respondió:
«El Señor puede dar a Su Majestad mucho más que eso.»
10 Entonces Amasías apartó a su ejército del ejército efraimita que había venido en su ayuda, y les ordenó que se fueran a sus casas. Ellos se enojaron grandemente contra Judá, y encolerizados volvieron a sus casas. 11 Pero Amasías salió con su ejército y se dirigió al Valle de la Sal, y allí mató a diez mil(C) de los hijos de Seir; 12 los hijos de Judá, por su parte, tomaron vivos a otros diez mil, a los que llevaron a la cumbre de un peñasco, y desde allí los despeñaron, y todos ellos murieron hechos pedazos. 13 Mientras tanto, los del ejército que Amasías había despedido, y que ya no fueron con él a la guerra, invadieron las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet Jorón, y mataron a tres mil de ellos, y los despojaron por completo.
14 Al volver Amasías de haber derrotado a los edomitas, trajo consigo los dioses de los hijos de Seir, los reconoció como dioses, y los adoró y les quemó incienso. 15 Entonces el Señor se encendió en ira contra Amasías, y envió un profeta a que le dijera:
«¿Por qué has ido tras los dioses de otra nación, que no libraron de tus manos a su pueblo?»
16 Mientras el profeta le decía esto, Amasías le respondió:
«¿Acaso te han nombrado consejero del rey? ¡Déjate de tonterías! ¿O acaso quieres que te maten?»
Cuando Amasías terminó de hablar, el profeta le dijo:
«Yo sólo sé que, por haber actuado así, y por no haber hecho caso de mis consejos, Dios ha decidido destruirte.»
17 El rey Amasías de Judá se reunió con sus consejeros y mandó a decir a Joás hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel:
«Ven acá, y nos veremos las caras.»
18 El rey Joás de Israel le envió al rey Amasías de Judá la siguiente respuesta:
«Había en el Líbano un cardo, que mandó a decir al cedro del Líbano: “Deja que tu hija se case con mi hijo.” ¡Pero los animales salvajes del Líbano pasaron y pisotearon el cardo! 19 ¿Acaso crees que el haber derrotado a Edom basta para que el corazón se te hinche de orgullo? Es mejor que te quedes en tu casa. ¿Para qué provocar una desgracia, en la que tú y Judá salgan derrotados?»
20 Pero Amasías no le hizo caso. Y es que era la voluntad de Dios entregarlos en manos de sus enemigos, por haberse ido tras los dioses de Edom. 21 Por eso el rey Joás de Israel y el rey Amasías de Judá se enfrentaron cara a cara en la batalla de Bet Semes, en Judá. 22 Allí Judá fue derrotado por Israel, y cada uno salió huyendo a su casa. 23 Allí en Bet Semes el rey Joás de Israel tomó preso al rey Amasías de Judá, hijo de Joás, hijo de Joacaz, y lo llevó a Jerusalén, y derribó la muralla de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta del ángulo, en un tramo de cuatrocientos codos; 24 se llevó además todo el oro y la plata, y todos los utensilios que se hallaron en el templo de Dios y en casa de Obed Edom, así como los tesoros del palacio del rey; hizo prisioneros a los hijos de los nobles, y después de eso volvió a Samaria.
25 Después de la muerte del rey Joás hijo de Joacaz, de Israel, el rey Amasías hijo de Joás, de Judá, vivió quince años. 26 Los demás hechos de Amasías, primeros y últimos, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 27 A partir de que Amasías se apartó del Señor, se empezó a conspirar contra él en Jerusalén; y aunque él huyó a Laquis, lo fueron persiguiendo hasta Laquis, y allí lo mataron; 28 luego lo llevaron a caballo hasta la ciudad capital de Judá, y allí lo sepultaron con sus antepasados.
2 Timoteo 3
Reina Valera Contemporánea
Carácter de los hombres en los postreros días
3 También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos, 2 y que habrá hombres amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, envanecidos, que amarán los deleites más que a Dios, 5 que parecerán muy piadosos, pero negarán la eficacia de la piedad; evítalos. 6 Porque son éstos los que se meten en las casas y cautivan a mujeres débiles y cargadas de pecados, que se dejan llevar por sus malos deseos, 7 que siempre están aprendiendo y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. 8 Y así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés,(A) también estos hombres se oponen a la verdad; su entendimiento está corrompido, y en cuanto a la fe están descalificados. 9 Pero no podrán seguir avanzando, porque su insensatez se hará evidente a todos, como también lo fue la de aquéllos.
10 Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, 11 persecuciones y padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía,(B) en Iconio(C) y en Listra;(D) persecuciones que he sufrido, y de las cuales me ha librado el Señor. 12 También todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; 13 pero los hombres malvados y los engañadores irán de mal en peor: engañarán y serán engañados. 14 Tú, por tu parte, persiste en lo que has aprendido y en lo que te persuadiste, pues sabes de quién has aprendido; 15 tú desde la niñez has conocido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
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