Add parallel Print Page Options

Los judíos son perseguidos

Poco tiempo después, el rey Antíoco envió a Jerusalén a un jefe de la ciudad de Atenas. Sus órdenes eran obligar a los judíos a dejar por completo las costumbres de sus antepasados y las leyes de Dios. Ese jefe debía convertir el templo de Jerusalén en un lugar dedicado al dios Zeus Olímpico, y donde se practicaran actos que ofendieran al Dios de Israel. También debía dedicar el templo del monte Guerizim al dios Zeus Hospitalario, pues la gente de allí lo quería adorar.

Tanta maldad afectó mucho al pueblo judío, y esto llegó a ser insoportable.

Read full chapter