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Matanzas en Jerusalén(A)

21 Antíoco, después de llevarse del templo casi sesenta mil kilos de plata, volvió rápidamente a Antioquía, pensando, en medio de su orgullo y arrogancia, que podría hacer que los barcos navegaran por tierra y que los hombres caminaran por el mar. 22 Sin embargo, dejó comisarios encargados de hacer mal a los judíos. En Jerusalén puso a Filipo, natural de Frigia, de sentimientos más salvajes que el que lo había nombrado; 23 en el monte Guerizim dejó a Andrónico; y además de éstos nombró a Menelao, el peor de todos en cuanto a perseguir a sus conciudadanos. Era tal el odio que el rey sentía por los judíos,

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