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20 las guerras contra el rey Antíoco Epífanes y su hijo Eupátor. 21 También escribió acerca de las intervenciones poderosas de Dios en favor de aquellos hombres que lucharon con valentía para defender la religión de los judíos. Esas manifestaciones de Dios hicieron posible que unos pocos hombres derrotaran a los enemigos y se quedaran con sus riquezas. 22 Dios fue muy bueno con ellos y los ayudó para que recuperaran el templo, que es famoso en todo el mundo. Además, les permitió que liberaran la ciudad de Jerusalén y que mantuvieran sus leyes, pues la gente que no creía en Dios estaba a punto de hacerlas desaparecer.

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