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y le dijo al rey: «De verdad en mi país me hablaron acerca de los logros de tu sabiduría. No podía creer las noticias que me llegaban, pero cuando los vi con mis propios ojos, me di cuenta que no me habían contado ni la mitad de la grandeza de tu sabiduría. Tú sobrepasas lo que había escuchado. ¡Qué afortunados son tus esposas[a] y tus siervos! Ellos te sirven y escuchan tu sabiduría todos los días.

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Footnotes

  1. 9:7 esposas Según LXX. TM: hombres.