Add parallel Print Page Options

Pero Salomón no obligó a ningún israelita a ser su esclavo, sino que los empleaba como soldados, comandantes y oficiales de los carros de combate y de la caballería. 10 Había 250 de ellos que le servían como supervisores de los capataces que dirigían al personal.

11 Salomón trasladó a su esposa, la hija del faraón, de la Ciudad de David al palacio que le construyó, pues dijo: «Ninguna esposa mía vivirá en la casa de David, rey de Israel, porque los lugares donde ha estado el cofre del SEÑOR son sagrados».

Read full chapter