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«Sean fuertes y valientes; no teman ni se acobarden(A) a causa del rey de Asiria, ni a causa de toda la multitud que está con él, porque el que está con nosotros es más poderoso que el que está con él(B). Con él está solo un brazo de carne(C), pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas(D)». Y el pueblo confió en las palabras de Ezequías, rey de Judá.

Después de esto, mientras Senaquerib, rey de Asiria, estaba sitiando[a] Laquis con todas sus fuerzas, envió a sus siervos a Jerusalén, a decirle a Ezequías, rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén(E):

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Footnotes

  1. 2 Crónicas 32:9 Lit. contra.