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22 De esta manera el Señor salvó a Ezequías y al pueblo de Jerusalén. Y por fin hubo paz en su reino.

23 De allí en adelante, el rey Ezequías fue inmensamente respetado entre las naciones vecinas, y llegaban a Jerusalén muchas ofrendas para el Señor, y valiosos regalos para Ezequías.

Enfermedad y curación de Ezequías

24 Un día Ezequías enfermó de muerte; entonces oró al Señor, y él le respondió con un milagro.

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