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De modo que recubrió de oro el templo y sus vigas, umbrales, paredes y puertas, y en las paredes esculpió querubines.

Salomón hizo además el lugar santísimo,(A) y medía veinte codos de largo y veinte codos de ancho, como el ancho del frente del templo, y lo recubrió con cerca de veinte mil kilos de oro fino. También recubrió de oro los aposentos. Los clavos eran de oro y cada uno pesaba más de quinientos gramos.

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