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―Pero ¿y el dinero? exclamó Amasías—. ¿Qué pasará con él?

―El Señor tiene poder para darle mucho más dinero —le respondió el profeta.

10 Amasías, entonces, despidió a los soldados israelitas que habían venido de Efraín, para que regresaran a su tierra. Estos se sintieron ofendidos, y regresaron muy enojados a sus casas.

11 Y Amasías se armó de valor y llevó su pueblo al valle de la Sal, y allí dio muerte a diez mil hombres de Seír.

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