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14 Luego el sacerdote Joyada sacó a los jefes de centenas que estaban al mando del ejército, y les dijo:

—¡Sáquenla de entre las filas; y el que la siga sea muerto a espada!

Porque el sacerdote había dicho que no la mataran en la casa del SEÑOR. 15 Entonces le echaron mano, y cuando ella llegó a la entrada de la puerta de los Caballos de la casa del rey, allí la mataron.

16 Joyada hizo un pacto entre él, todo el pueblo y el rey, de que serían el pueblo del SEÑOR.

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