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12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asá contrajo una grave enfermedad de los pies, pero no le presentó el problema al Señor, sino que confió en los médicos. 13-14 Murió en el año cuarenta y uno de su reinado, y fue sepultado en su propia tumba, la cual había mandado a hacer en la ciudad de David, en Jerusalén. Lo pusieron sobre una camilla llena de perfumes y ungüentos aromáticos. Luego, en su honor, prendieron una inmensa hoguera.

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