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Las naciones y las ciudades se destrozaban unas a otras, porque Dios las castigaba con toda clase de calamidades. Pero, vosotros, ¡manteneos firmes y no bajéis la guardia, porque vuestras obras serán recompensadas!»

Cuando Asá oyó este mensaje del profeta Azarías hijo de Oded,[a] se animó a eliminar los detestables ídolos que había en todo el territorio de Judá y Benjamín, y en las ciudades que había conquistado en los montes de Efraín. Además, restauró el altar del Señor que estaba frente al atrio del templo del Señor.

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Footnotes

  1. 15:8 Azarías hijo de Oded (ms. de LXX y Vulgata); Oded (TM).