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Insistencia en las motivaciones de la colecta

En relación con la ayuda a favor de los hermanos, me parece superfluo escribiros. Conozco vuestra buena disposición y presumo de ella delante de los macedonios; “los de Acaya —les he dicho— están preparados desde el año pasado”; de este modo, vuestro entusiasmo ha servido de estímulo para muchos.

Si os envío a esos hermanos, es para que todo lo que he presumido de vosotros no quede reducido a la nada, al menos en este asunto concreto. Así pues, a ver si estáis de veras preparados, como he andado diciendo, no sea que vayan conmigo algunos de Macedonia y, al ver que no estáis preparados, quedemos en ridículo, primero yo, pero sobre todo vosotros, en lo que se refiere a este asunto. Por eso me pareció necesario pedir a esos hermanos que fueran por delante y preparasen con tiempo el generoso obsequio que habíais prometido. Preparadas así las cosas, parecerá verdaderamente un obsequio y no una muestra de tacañería.

Tened esto en cuenta: “Quien siembra con miseria, miseria cosechará; quien siembra a manos llenas, a manos llenas cosechará”. Dé cada uno según le dicte su conciencia, pero no a regañadientes o por compromiso, pues Dios ama a quien da con alegría. Dios, por su parte, tiene poder para colmaros de bendiciones de modo que, siempre y en cualquier circunstancia, tengáis lo necesario y hasta os sobre para que podáis hacer toda clase de buenas obras. Así lo dice la Escritura: Repartió con largueza a los necesitados, su generosidad permanece para siempre.

10 El que proporciona semilla al sembrador y pan para que coma, os proporcionará también y hará que se multiplique vuestra simiente y que crezca el fruto de vuestra generosidad. 11 Colmados así de riqueza, podréis repartir con una total liberalidad que, por mediación mía, redunde en acción de gracias a Dios. 12 Porque esta ayuda es como un servicio sagrado que no sólo remediará las necesidades de los hermanos, sino que también contribuirá abundantemente a que muchos den gracias a Dios. 13 Convencidos por esta ayuda, alabarán a Dios por vuestra respuesta de fe al evangelio de Cristo y por vuestra generosa solidaridad con ellos y con todos. 14 Y orarán también por vosotros mostrándoos su afecto al ver el extraordinario favor que Dios os ha dispensado. 15 Demos gracias a Dios por este don suyo tan grandioso.