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Hemos sido veraces gracias al poder de Dios. Nuestra arma para atacar y defendernos ha sido la justicia. Unas veces nos honran y otras nos desprecian; unas veces nos critican y otras veces nos ensalzan; unas veces nos tienen por mentirosos, aunque decimos la verdad. Aunque todo el mundo nos conoce, nos tratan como a desconocidos; arriesgamos la vida, pero estamos vivos; nos han golpeado, pero sobrevivimos.

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