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El Dios de toda consolación

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo(A), Padre de misericordias y Dios de toda consolación(B), el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones(C), para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción, dándoles el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.

Porque así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia[a], así también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo[b](D).

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Footnotes

  1. 2 Corintios 1:5 Lit. abundan para con nosotros.
  2. 2 Corintios 1:5 I.e. el Mesías.