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El nuevo pacto trae más gloria

El antiguo pacto que llevaba a la muerte y que estaba escrito sobre piedras llegó con tanto esplendor que la gente de Israel no podía mirar el rostro de Moisés por mucho tiempo. Su rostro brillaba con una gloria inmensa que, sin embargo, estaba destinada a desaparecer. ¿Acaso no tendría más gloria el trabajo al servicio del nuevo pacto que lleva al Espíritu? Pues si tiene gloria aquello que lleva a la condena de los pecadores, ¿cuánta más gloria tendrá lo que hace que los pecadores puedan ser aprobados ante Dios? 10 Aquello que alguna vez tuvo esplendor, ahora ya no lo tiene, pues el nuevo esplendor que ha llegado es mucho más grande. 11 Si aquello que estaba destinado a desaparecer tenía gloria, aun mucha más gloria debe tener aquello que es permanente.

12 Ya que esa es nuestra esperanza, hablamos abiertamente. 13 Nosotros no somos como Moisés. Él se tapaba la cara con un velo para que los israelitas no se fijaran en el final de aquello que estaba destinado a desaparecer. 14 El pueblo tenía la mente cerrada, e incluso hoy, cuando leen el antiguo pacto, los cubre el mismo velo. Todavía tienen ese velo ya que es sólo por medio de Cristo como puede ser retirado. 15 Aun hoy, cuando leen la ley de Moisés tienen un velo sobre su corazón, 16 y cuando alguno vuelve al Señor,[a] el velo es retirado.[b] 17 En este caso, «el Señor» significa el Espíritu y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. 18 Con la cara descubierta, todos nos quedamos mirando fijamente la gloria del Señor, y así somos transformados en su imagen cada vez con más gloria. Este cambio viene del Señor, es decir, del Espíritu.

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Footnotes

  1. 3:16 vuelve al Señor Ver Éx 5:22; Dt 4:22.
  2. 3:16 velo es retirado Ver Éx 34:34.