Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa soy prisionero. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el evangelio.

Read full chapter

Por tanto, no te avergüences(A) del testimonio de nuestro Señor(B), ni de mí, prisionero Suyo(C), sino participa conmigo en las aflicciones(D) por el evangelio, según el poder de Dios(E).

Read full chapter

Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,

Read full chapter