¹⁶ Cuando el ángel extendió su mano hacia Jerusalén para destruirla^(A), el Señor se arrepintió del mal^(B), y dijo al ángel que destruía al pueblo: «¡Basta! ¡Detén ahora tu mano!». Y el ángel del Señor estaba junto a la era de Arauna^[a] el jebuseo.

Muerte de Senaquerib

³⁵ Aconteció que aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió a 185,000 en el campamento de los asirios. Cuando los demás se levantaron por la mañana, vieron que todos eran cadáveres^(A).

¹⁹ Pero durante la noche, un ángel del Señor^(A), abrió las puertas de la cárcel y sacándolos, les dijo: