Add parallel Print Page Options

11 Joab dijo al que le traía la información:

— Si lo has visto, ¿por qué no lo abatiste allí mismo? Te habría dado diez siclos de plata y un cinturón.

12 Pero el hombre dijo a Joab:

— Ni aunque tuviese en la mano diez mil siclos de plata atentaría yo contra el hijo del rey. Con nuestros propios oídos escuchamos la orden que el rey os dio a ti, a Abisay y a Itay de respetar al joven Absalón. 13 Entonces habría arriesgado mi vida en vano, pues el rey lo descubre todo y tú te habrías quedado al margen.

Read full chapter

11 Y Joab respondió al hombre que le daba la nueva: Y viéndolo tú, ¿por qué no le mataste luego allí echándole a tierra? Me hubiera placido darte diez siclos de plata, y un talabarte. 12 El hombre dijo a Joab: Aunque me pesaras mil siclos de plata, no extendería yo mi mano contra el hijo del rey; porque nosotros oímos cuando el rey te mandó a ti y a Abisai y a Itai, diciendo: Mirad que ninguno toque al joven Absalón. 13 Por otra parte, habría yo hecho traición contra mi vida, pues que al rey nada se le esconde, y tú mismo estarías en contra.

Read full chapter