Pero intencionalmente olvidan que desde tiempos antiguos, por la palabra de Dios, existía el cielo y también la tierra, que surgió del agua y mediante el agua. Por la palabra y el agua, el mundo de aquel entonces pereció inundado. Y ahora, por esa misma palabra, el cielo y la tierra están guardados para el fuego, reservados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.

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Pues cuando dicen esto, no se dan cuenta de que[a] los cielos existían desde hace mucho tiempo(A), y también la tierra, surgida del agua y establecida entre las aguas(B) por la palabra de Dios, por lo cual el mundo de entonces fue destruido, siendo inundado(C) con agua(D); pero los cielos y la tierra actuales(E) están reservados por su palabra para el fuego(F), guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos(G).

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Footnotes

  1. 2 Pedro 3:5 O, ignoran intencionadamente este hecho, que