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Cuando vio Ezequías que Senaquerib había venido y que se proponía hacer[a] guerra contra Jerusalén, decidió con sus oficiales y guerreros cortar el agua de las fuentes que estaban fuera de la ciudad, y ellos le ayudaron. Y se reunió mucha gente y cegaron todas las fuentes(A) y el arroyo que fluía por la región[b](B), diciendo: ¿Por qué han de venir los reyes de Asiria y hallar tanta agua? Y él cobró ánimo y reedificó toda la muralla que había sido derribada(C) y levantó torres en ella[c], edificó otra muralla exterior(D), fortificó el Milo(E) en la ciudad de David, e hizo armas arrojadizas y escudos en gran cantidad. Puso también oficiales militares sobre el pueblo, los reunió a su lado en la plaza a la puerta de la ciudad y habló dándoles ánimo[d](F), diciendo: Sed fuertes y valientes; no temáis ni os acobardéis(G) a causa del rey de Asiria, ni a causa de toda la multitud que está con él, porque el que está con nosotros es más poderoso que el que está con él(H). Con él está solo un brazo de carne(I), pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas(J). Y el pueblo confió en las palabras de Ezequías, rey de Judá.

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Footnotes

  1. 2 Crónicas 32:2 Lit., su rostro para la
  2. 2 Crónicas 32:4 Lit., en medio de la tierra
  3. 2 Crónicas 32:5 Lit., levantó sobre las torres
  4. 2 Crónicas 32:6 Lit., habló al corazón de ellos

Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención de combatir a Jerusalén, tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron. Entonces se reunió mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría a través del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan? Después con ánimo resuelto edificó Ezequías todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Milo en la ciudad de David, y también hizo muchas espadas y escudos. Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la ciudad, y habló al corazón de ellos, diciendo: Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá.

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