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Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. 10 Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? 11 Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió. 12 De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis.

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Pero lo que comemos no nos acerca a Dios; no somos peores por no comer ni mejores por comer.

Sin embargo, tengan cuidado de que su libertad no se convierta en motivo de tropiezo para los débiles. 10 Porque, si alguien de conciencia débil te ve a ti, que tienes este conocimiento, comer en el templo de un ídolo, ¿no se sentirá animado a comer lo que ha sido sacrificado a los ídolos? 11 Entonces ese hermano débil, por quien Cristo murió, se perderá a causa de tu conocimiento. 12 Al pecar así contra los hermanos, hiriendo su débil conciencia, pecan ustedes contra Cristo.

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Es cierto que no podemos obtener la aprobación de Dios por lo que comemos. No perdemos nada si no lo comemos, y no ganamos nada si lo comemos.

Pero ustedes deben tener cuidado de que su libertad no haga tropezar a los que tienen una conciencia más débil. 10 Pues, si otros te ven—con tu «conocimiento superior»—comiendo en el templo de un ídolo, ¿acaso no se sentirán alentados a violar su conciencia al comer un alimento que se ofreció a un ídolo? 11 Así que a causa de tu conocimiento superior, se destruirá un creyente[a] débil por quien Cristo murió. 12 Cuando ustedes pecan contra otros creyentes[b] al alentarlos a hacer algo que para ellos está mal, pecan contra Cristo.

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Footnotes

  1. 8:11 En griego hermano; también en 8:13.
  2. 8:12 En griego hermanos.