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Los hijos de David

(2 S. 3.2-5; 5.13-16; 1 Cr. 14.3-7)

Estos son los hijos de David que le nacieron en Hebrón: Amnón el primogénito, de Ahinoam jezreelita; el segundo, Daniel, de Abigail la de Carmel; el tercero, Absalón hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Gesur; el cuarto, Adonías hijo de Haguit; el quinto, Sefatías, de Abital; el sexto, Itream, de Egla su mujer. Estos seis le nacieron en Hebrón, donde reinó siete años y seis meses; y en Jerusalén reinó treinta y tres años.(A) Estos cuatro le nacieron en Jerusalén: Simea, Sobab, Natán, y Salomón hijo de Bet-súa(B) hija de Amiel. Y otros nueve: Ibhar, Elisama, Elifelet, Noga, Nefeg, Jafía, Elisama, Eliada y Elifelet. Todos estos fueron los hijos de David, sin los hijos de las concubinas. Y Tamar fue hermana de ellos.

Descendientes de Salomón

10 Hijo de Salomón fue Roboam, cuyo hijo fue Abías, del cual fue hijo Asa, cuyo hijo fue Josafat, 11 de quien fue hijo Joram, cuyo hijo fue Ocozías, hijo del cual fue Joás, 12 del cual fue hijo Amasías, cuyo hijo fue Azarías, e hijo de este, Jotam. 13 Hijo de este fue Acaz, del que fue hijo Ezequías, cuyo hijo fue Manasés, 14 del cual fue hijo Amón, cuyo hijo fue Josías. 15 Y los hijos de Josías: Johanán su primogénito, el segundo Joacim, el tercero Sedequías, el cuarto Salum. 16 Los hijos de Joacim: Jeconías su hijo, hijo del cual fue Sedequías. 17 Y los hijos de Jeconías: Asir, Salatiel, 18 Malquiram, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosama y Nedabías. 19 Los hijos de Pedaías: Zorobabel y Simei. Y los hijos de Zorobabel: Mesulam, Hananías, y Selomit su hermana; 20 y Hasuba, Ohel, Berequías, Hasadías y Jusab-hesed; cinco por todos. 21 Los hijos de Hananías: Pelatías y Jesaías; su hijo, Refaías; su hijo, Arnán; su hijo, Abdías; su hijo, Secanías. 22 Hijo de Secanías fue Semaías; y los hijos de Semaías: Hatús, Igal, Barías, Nearías y Safat, seis. 23 Los hijos de Nearías fueron estos tres: Elioenai, Ezequías y Azricam. 24 Los hijos de Elioenai fueron estos siete: Hodavías, Eliasib, Pelaías, Acub, Johanán, Dalaías y Anani.

Hijos de David(A)(B)

Estos fueron los hijos de David nacidos en Hebrón:

Su primogénito fue Amnón, hijo de Ajinoán, la jezrelita;

el segundo, Daniel, hijo de Abigaíl de Carmel;

el tercero, Absalón, hijo de Macá, la hija del rey Talmay de Guesur;

el cuarto, Adonías, hijo de Jaguit;

el quinto, Sefatías, hijo de Abital;

y el sexto, Itreán, hijo de Eglá, que era otra esposa de David.

Estos seis nacieron en Hebrón, donde reinó siete años y seis meses.

David reinó en Jerusalén treinta y tres años. Allí nacieron:

Simá, Sobab, Natán y Salomón, hijos de Betsabé,[a] la hija de Amiel.

Tuvo también a Ibjar, Elisama, Elifelet, Noga, Néfeg, Jafía, Elisama, Eliadá y Elifelet; nueve en total.

Todos estos fueron hijos de David, sin contar los hijos que tuvo con sus concubinas.[b] La hermana de ellos fue Tamar.

Descendientes de Salomón

10 Estos fueron los descendientes de Salomón en línea directa:

Roboán,

Abías,

Asá,

Josafat,

11 Jorán,

Ocozías,

Joás,

12 Amasías,

Azarías,[c]

Jotán,

13 Acaz,

Ezequías,

Manasés,

14 Amón

y Josías.

15 Los hijos de Josías:

Johanán, el primero;

Joacim, el segundo;

Sedequías, el tercero,

y Salún, el cuarto.

16 Los hijos de Joacim:

Jeconías

y Sedequías.

17 Los descendientes de Jeconías, el cautivo:

Salatiel, 18 Malquirán, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosamá y Nedabías.

19 Los hijos de Pedaías:

Zorobabel y Simí.

Los hijos de Zorobabel:

Mesulán y Jananías; Selomit fue hermana de ellos. 20 Tuvo también estos cinco: Jasubá, Ohel, Berequías, Jasadías y Yusab Jésed.

21 Los descendientes de Jananías:

Pelatías e Isaías, y también los hijos de Refaías, los de Arnán, los de Abdías y los de Secanías.

22 Los descendientes de Secanías:

Semaías y sus hijos Jatús, Igal, Barías, Nearías y Safat; seis en total.

23 Los hijos de Nearías:

Elihoenay, Ezequías y Azricán; tres en total.

24 Los hijos de Elihoenay:

Hodavías, Eliasib, Pelaías, Acub, Johanán, Delaías y Ananí; siete en total.

Footnotes

  1. 3:5 Betsabé (un ms. hebreo, LXX y Vulgata; véase 2S 11:3); Bet Súa (TM).
  2. 3:9 Véase nota en Gn 22:24.
  3. 3:12 También conocido como Uzías.

Los hijos de David(A)

Los hijos de David nacidos en Hebrón fueron: el mayor, Amnón, hijo de Ahinóam, la de Jezreel; el segundo, Daniel, hijo de Abigail, de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Maacá, la hija de Talmai, rey de Guesur; el cuarto, Adonías, hijo de Haguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital; y el sexto, Itream, hijo de Eglá, otra esposa de David. Estos seis hijos de David nacieron en Hebrón, donde reinó durante siete años y seis meses. Luego reinó treinta y tres años en Jerusalén, donde le nacieron cuatro hijos más: Simá, Sobab, Natán y Salomón, todos ellos hijos de Betsabé, hija de Amiel. Tuvo además otros nueve hijos: Ibhar, Elisamá, Elifélet, Nógah, Néfeg, Jafía, Elisamá, Eliadá y Elifélet. Todos estos fueron hijos de David, sin contar los hijos tenidos de las concubinas. Tamar fue hermana de ellos.

Descendientes de Salomón

10-14 Los descendientes de Salomón, en línea directa, fueron Roboam, Abías, Asá, Josafat, Joram, Ocozías, Joás, Amasías, Azarías, Jotam, Ahaz, Ezequías, Manasés, Amón y Josías.

15 Los hijos de Josías fueron: el mayor, Johanán; el segundo, Joaquim; el tercero, Sedequías; y el cuarto, Salum.

16 Los hijos de Joaquim fueron Jeconías y Sedequías.

17 Los descendientes de Jeconías, el desterrado, fueron Salatiel, su hijo mayor, 18 y Malquiram, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosamá y Nedabías.

19 Los hijos de Pedaías fueron Zorobabel y Simí. Los hijos de Zorobabel fueron Mesulam y Hananías, y Selomit, hermana de éstos, 20 y otros cinco hijos: Hasubá, Óhel, Berequías, Hasadías y Jusab-hésed.

21 Los hijos de Hananías fueron Pelatías e Isaías. Los descendientes de Isaías, en línea directa, fueron Refaías, Arnán, Abdías y Secanías.

22 Los hijos de Secanías fueron Semaías, Hatús, Igal, Baríah, Nearías y Safat: seis en total.

23 Los hijos de Nearías fueron tres: Elioenai, Ezequías y Azricam.

24 Los hijos de Elioenai fueron siete: Hodavías, Eliasib, Pelaías, Acub, Johanán, Delaías y Ananí.

Castigo de la apostasía de Israel

Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa del rey, escuchad; porque para vosotros es el juicio, pues habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor. Y haciendo víctimas han bajado hasta lo profundo; por tanto, yo castigaré a todos ellos.

Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel. No piensan en convertirse a su Dios, porque espíritu de fornicación está en medio de ellos, y no conocen a Jehová.

La soberbia de Israel le desmentirá en su cara; Israel y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá tropezará también con ellos. Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos. Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos extraños; ahora en un solo mes serán consumidos ellos y sus heredades.

Tocad bocina en Gabaa, trompeta en Ramá: sonad alarma en Bet-avén; tiembla, oh Benjamín. Efraín será asolado en el día del castigo; en las tribus de Israel hice conocer la verdad. 10 Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira. 11 Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque quiso andar en pos de vanidades. 12 Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la casa de Judá.

13 Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga. 14 Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré, y me iré; tomaré, y no habrá quien liberte.

Insinceridad del arrepentimiento de Israel

15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará,(A) y viviremos delante de él. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.

¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece. Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale. Porque misericordia quiero, y no sacrificio,(B) y conocimiento de Dios más que holocaustos.

Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí. Galaad, ciudad de hacedores de iniquidad, manchada de sangre. Y como ladrones que esperan a algún hombre, así una compañía de sacerdotes mata en el camino hacia Siquem; así cometieron abominación. 10 En la casa de Israel he visto inmundicia; allí fornicó Efraín, y se contaminó Israel.

11 Para ti también, oh Judá, está preparada una siega, cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo.

Juicio contra Israel

»¡Oigan esto, sacerdotes!
    ¡Pongan atención, israelitas!
¡Escucha, casa real!
    ¡Contra ustedes es la sentencia!
En Mizpa han sido ustedes una trampa;
    en el monte Tabor, una red tendida.
Los rebeldes se han excedido en su matanza;
    por eso, yo los disciplinaré a todos.
Yo conozco bien a Efraín;
    Israel no me es desconocido.
Tú, Efraín, te has prostituido;
    e Israel se ha contaminado.

»Sus malas obras no les permiten
    volverse a su Dios;
hay espíritu de prostitución en su interior
    que les impide reconocer al Señor.
La arrogancia de Israel testificará en su contra;
    Israel y Efraín tropezarán con su maldad,
    también Judá caerá como ellos.
Con sus ovejas y sus vacas
    irán en busca del Señor,
pero no lo encontrarán
    porque él se ha apartado de ellos.
Han traicionado al Señor;
    han dado a luz hijos de otros padres.
Al llegar la luna nueva
    serán devorados junto a sus heredades.

»Toquen el cuerno en Guibeá,
    hagan sonar la trompeta en Ramá,
lancen el grito de guerra en Bet Avén:[a]
    “¡Cuídate las espaldas, Benjamín!”.
En el día de la reprensión
    Efraín quedará desolado.
Entre las tribus de Israel
    doy a conocer lo que les va a pasar.
10 Los líderes de Judá se parecen
    a los que alteran los linderos.
¡Derramaré mi enojo sobre ellos
    como agua en una inundación!
11 Efraín está oprimido,
    aplastado por el juicio,
    empeñado en seguir a los ídolos.[b]
12 ¡Pues seré para Efraín como polilla
    y como podredumbre para el pueblo de Judá!

13 »Cuando Efraín vio su enfermedad
    y Judá reparó en sus llagas,
Efraín recurrió a Asiria
    y pidió la ayuda del gran rey.
Pero el rey no podrá sanarlo
    ni tampoco curar sus llagas.
14 Yo seré como un león para Efraín
    y como un gran león para el pueblo de Judá.
Yo mismo los haré pedazos y luego me alejaré;
    yo mismo me llevaré la presa y no habrá quien me la arrebate.
15 Volveré luego a mi morada
    hasta que reconozcan su culpa
    y busquen mi rostro;
en su angustia
    me buscarán con sinceridad».

Impenitencia de Israel

¡Vengan, volvámonos al Señor!
Él nos ha despedazado,
    pero nos sanará;
nos ha herido,
    pero nos vendará.
Después de dos días nos dará vida nuevamente;
    al tercer día nos levantará,
    y así viviremos en su presencia.
Conozcamos al Señor;
    esforcémonos por conocerlo.
Tan cierto como que sale el sol,
    él habrá de manifestarse;
vendrá a nosotros como la lluvia de invierno,
    como la lluvia de primavera que riega la tierra.

«¿Qué voy a hacer contigo, Efraín?
    ¿Qué voy a hacer contigo, Judá?
El amor de ustedes es como nube matutina,
    como rocío que temprano se evapora.
Por eso los hice pedazos por medio de los profetas;
    los herí con las palabras de mi boca.
    ¡Mis juicios brillan como la luz!
Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios,
    conocimiento de Dios en lugar de holocaustos.
Pero ellos, como Adán han quebrantado el pacto,
    ¡me han traicionado!
Galaad es una ciudad de malhechores;
    sus pisadas dejan huellas de sangre.
Una pandilla de sacerdotes
    está al acecho en el camino a Siquén
y, como banda de salteadores,
    comete toda clase de infamias.
10 En el reino de Israel he visto algo horrible:
    se ha prostituido a Efraín
    e Israel se ha contaminado.

11 »¡A ti también, Judá,
    te espera la cosecha de tu maldad!

»Cuando yo restaure la fortuna de mi pueblo

Footnotes

  1. 5:8 Bet Avén. Véase nota en 4:15.
  2. 5:11 ídolos. Palabra de difícil traducción.

»Sacerdotes, oigan esto;
presta atención, pueblo de Israel;
escuchen ustedes, los de la casa real:
Contra ustedes va a ser el juicio,
porque han sido una trampa puesta en Mispá,
una red tendida sobre el monte Tabor,
un pozo ahondado en el valle de Sitim.
Por eso voy a castigarlos.
Yo conozco a Efraín;
Israel no me es desconocido.
Efraín se ha prostituido;
Israel se ha manchado.»

Las malas acciones del pueblo
no lo dejan volverse a su Dios.
Dominado por la prostitución,
no reconoce al Señor.
El orgullo de Israel clama en contra suya;
Efraín tropieza en su propia maldad,
¡y, junto con ellos, hasta Judá tropezará!
Con sus ovejas y sus vacas
irán en busca del Señor,
pero no lo encontrarán
porque se apartó de ellos.
Han sido infieles al Señor,
pues tienen hijos de otro padre.
Por su infidelidad, en un solo mes
sus tierras serán devoradas.

El castigo de Israel y de Judá

¡Toquen el cuerno de guerra en Guibeá
y la trompeta en Ramá!
¡Den la alarma en Bet-avén!
¡Siembren el desconcierto en Benjamín!
Yo anuncio entre las tribus de Israel
lo que ha de suceder con toda seguridad:
Efraín será asolado en el día del castigo.

10 Dice el Señor:
«Los jefes de Judá son como esa gente
que altera los límites de los campos.
¡Pero los voy a inundar con mi furor!
11 Efraín está oprimido,
quebrantados sus derechos,
porque se ha empeñado en seguir
a los falsos dioses.
12 Pues yo seré como la polilla para Efraín,
como la carcoma para el pueblo de Judá.

13 »Cuando Efraín vea lo enfermo que está,
y Judá se vea sus heridas,
Efraín irá a Asiria
a pedirle ayuda al gran rey,
pero él no podrá sanarlos
ni curarles las heridas.
14 Como un león cuando ataca,
así atacaré yo a Efraín y a Judá;
yo mismo los despedazaré, y luego me iré;
los arrebataré, y nadie podrá librarlos.

15 »Volveré luego a mi lugar,
hasta que ellos reconozcan su pecado
y vengan a buscarme.
¡En medio de su angustia, me buscarán!»

Israel habla de volverse al Señor

Vengan todos y volvámonos al Señor.
Él nos destrozó, pero también nos sanará;
nos hirió, pero también nos curará.
En un momento nos devolverá la salud,
nos levantará para vivir delante de él.
¡Esforcémonos por conocer al Señor!
El Señor vendrá a nosotros,
tan cierto como que sale el sol,
tan cierto como que la lluvia riega la tierra
en otoño y primavera.

La respuesta del Señor

Dice el Señor:
«¿Qué haré contigo, Efraín?
¿Qué haré contigo, Judá?
El amor que ustedes me tienen
es como la niebla de la mañana,
como el rocío de madrugada, que temprano desaparece.
Por eso los he despedazado mediante los profetas;
por medio de mi mensaje los he matado.
Mi justicia brota como la luz.
Lo que quiero de ustedes es que me amen,
y no que me hagan sacrificios;
que me reconozcan como Dios,
y no que me ofrezcan holocaustos.

»Pero mi pueblo, lo mismo que Adán,
ha faltado a mi alianza y me ha sido infiel.
Galaad es una ciudad de malhechores,
toda llena de huellas de sangre.
Los sacerdotes son una pandilla de ladrones
puestos al acecho de la gente;
asesinan y cometen infamias
en el camino de Siquem.
10 En Israel he visto cosas horribles:
Efraín se ha prostituido,
Israel se ha contaminado.
11 Y aun para ti, Judá,
ya he señalado el día de tu castigo.

»Cuando quiero cambiar la suerte de mi pueblo Israel,