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15 No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él 16 porque todo lo que hay en el mundo —los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida— no proviene del Padre sino del mundo. 17 Y el mundo está pasando y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

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No amemos al mundo

15 No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos de la carne,[a] la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida—, proviene del Padre, sino del mundo. 17 El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

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Footnotes

  1. 2:16 En contextos como estos la palabra griega para carne (sarx) se refiere a la naturaleza pecaminosa de los seres humanos, a menudo presentada en oposición al Espíritu.