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16 pues en la Escritura dice: «Sean santos, porque yo soy santo». 17 Ya que ustedes dicen que es su Padre el que juzga las obras de cada uno sin tener favoritos, entonces vivan dándole la honra mientras estén de paso por este mundo.

18 Como bien saben, a ustedes los rescataron de la vida inútil que heredaron de sus antepasados. Su rescate no se pagó con cosas que se acaban, como el oro y la plata, 19 sino con la preciosa sangre de Cristo, que fue como un cordero sin mancha y sin defecto. 20 A Cristo, Dios lo había escogido desde antes de la creación del mundo, y él apareció en estos últimos tiempos para bien de ustedes.

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