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¿No saben que los que hacen eso no tendrán parte en el reino de Dios? Sépanlo bien: Los fornicarios, los idólatras, los adúlteros, los homosexuales y los pervertidos sexuales, 10 los ladrones, los avaros, los borrachos, los calumniadores y los estafadores no tendrán parte en el reino de Dios.

11 Varios de ustedes merecían antes estos calificativos, pero ya el Señor les lavó sus pecados, los santificó y los justificó en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

La inmoralidad sexual

12 «Todo me está permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido», pero no haré nada que luego pueda dominarme. 13 «Los alimentos son para el estómago y el estómago para los alimentos», y así es, aunque Dios los destruirá a ambos.

Ahora bien, el cuerpo no está hecho para la inmoralidad sexual, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo. 14 Un día, con su poder, Dios va a resucitar nuestro cuerpo al igual que resucitó al Señor. 15 ¿No comprenden que sus cuerpos son miembros de Cristo? ¿Tomaremos un miembro de Cristo y lo uniremos a una prostituta? ¡Jamás! 16 ¿No saben que cuando un hombre se une a una prostituta se hace parte de ella y ella de él? Dios nos dice en las Escrituras que «los dos se vuelven una sola persona». 17 Pero cuando alguien se une al Señor, el Señor y esa persona se vuelven uno en el Espíritu.

18 Por eso, precisamente, les digo que huyan de los pecados sexuales. Ningún otro tipo de pecado afecta al cuerpo como este. Cuando uno comete esos pecados, peca contra su propio cuerpo. 19 ¿No saben que el cuerpo es templo del Espíritu Santo, que Dios les dio, y que el Espíritu habita en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, 20 porque Dios nos compró a gran precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.

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¿No se dan cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No se engañen a sí mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidad 10 o son ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de esos heredará el reino de Dios. 11 Algunos de ustedes antes eran así; pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

Evitar el pecado sexual

12 Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo les conviene. Y aunque «se me permite hacer cualquier cosa», no debo volverme esclavo de nada. 13 Ustedes dicen: «La comida se hizo para el estómago, y el estómago, para la comida». (Eso es cierto, aunque un día Dios acabará con ambas cosas). Pero ustedes no pueden decir que nuestro cuerpo fue creado para la inmoralidad sexual. Fue creado para el Señor, y al Señor le importa nuestro cuerpo. 14 Y Dios nos levantará de los muertos con su poder, tal como levantó de los muertos a nuestro Señor.

15 ¿No se dan cuenta de que sus cuerpos en realidad son miembros de Cristo? ¿Acaso un hombre debería tomar su cuerpo, que es parte de Cristo, y unirlo a una prostituta? ¡Jamás! 16 ¿Y no se dan cuenta de que, si un hombre se une a una prostituta, se hace un solo cuerpo con ella? Pues las Escrituras dicen: «Los dos se convierten en uno solo»[a]. 17 Pero la persona que se une al Señor es un solo espíritu con él.

18 ¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo como este, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo. 19 ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, 20 porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.

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Footnotes

  1. 6:16 Gn 2:24.

¿Ignoráis acaso que los que hacen el mal no tendrán parte en el reino de Dios? No os llaméis a engaño: ni los lujuriosos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. 11 Y esto es lo que antes erais algunos de vosotros. Pero habéis sido purificados, consagrados y restablecidos por Dios en su amistad en nombre de Jesucristo, el Señor, y por la acción del Espíritu de nuestro Dios.

Miembros de Cristo y templos del Espíritu

12 Andan diciendo algunos: “Todo me está permitido”. Sí, pero no todo es conveniente. Y, aunque todo me esté permitido, no debo dejar que nada me esclavice. 13 Dicen también: “La comida es para el estómago, y el estómago, para la comida”; pero Dios hará que perezcan ambas cosas. Y, en todo caso, el cuerpo no está hecho para la lujuria, sino para el Señor. A su vez, el Señor es para el cuerpo. 14 Por su parte, Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder.

15 ¿Ignoráis que vuestros cuerpos son miembros del cuerpo de Cristo? ¿Y voy a convertir un miembro de Cristo en miembro de prostituta? ¡De ningún modo! 16 Sabéis, en efecto, que unirse a una prostituta es hacerse con ella como un solo cuerpo. La misma Escritura lo dice: Los dos formarán un solo ser. 17 En cambio, el que se une al Señor, formará con él un solo ser en la esfera del Espíritu. 18 Huid de la lujuria. Cualquier otro pecado que la persona cometa queda fuera del cuerpo, pero el pecado de la lujuria ofende al propio cuerpo. 19 ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que habéis recibido de Dios y que habita en vosotros? Ya no sois los dueños de vosotros mismos. 20 Habéis sido rescatados a buen precio; glorificad, pues, a Dios con vuestro cuerpo.

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¿O acaso no saben que los que hacen el mal no van a tener parte en el reino de Dios? No se engañen a ustedes mismos. Ni los que practican el pecado sexual, ni los adoradores de ídolos, ni los que cometen adulterio, ni los hombres que se dejan usar para tener sexo con otros hombres, ni los hombres que tienen sexo con ellos, 10 tampoco los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los tramposos, ni los que maltratan a los demás con sus palabras, tendrán parte en el reino de Dios. 11 Muchos de ustedes hacían eso, pero ahora han sido lavados y purificados. Ahora Dios los ha aprobado en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

Huyan de los pecados sexuales

12 Tal vez sea cierto lo que dicen: «Soy libre de hacer lo que quiera», pero no todo conviene. Aun si puedo hacer lo que quiera, no debo permitir que nada me domine. 13 También ustedes dicen: «La comida es para el estómago y el estómago para la comida, y Dios destruirá las dos cosas». Estoy de acuerdo, pero el cuerpo no es para cometer pecados sexuales, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo.[a] 14 Dios resucitará nuestro cuerpo con el mismo poder que resucitó al Señor. 15 Recuerden que su cuerpo forma parte de Cristo. ¿Está bien tomar lo que es parte de Cristo y hacerlo parte de una prostituta? ¡Claro que no! 16 (A)¿O es que no saben que el que se une con una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Porque la Escritura dice: «Los dos serán un solo ser».[b] 17 El que se une con el Señor, se vuelve un solo espíritu con él. 18 Así que, huyan de los pecados sexuales.

Ustedes también dicen: «Ningún pecado que el ser humano pueda cometer tiene que ver con el cuerpo físico».[c] Sin embargo yo digo que el que comete inmoralidad sexual peca contra su propio cuerpo. 19 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo? Ustedes han recibido al Espíritu de Dios y habita en ustedes. Entonces, ustedes no son dueños de su cuerpo, 20 porque Dios los ha comprado por un precio. Así que, con su cuerpo, honren a Dios.

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Footnotes

  1. 6:13 Ver Sal 63:1.
  2. 6:16 Cita de Gn 2:24.
  3. 6:18 Pensaban que lo que uno hacía con el cuerpo no tenía importancia con tal que uno mantuviera una actitud discreta.

9-10 ¿No saben ustedes que los que cometen injusticias no tendrán parte en el reino de Dios? No se dejen engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que se entregan a la prostitución, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones. 11 Y esto eran antes algunos de ustedes; pero ahora ya recibieron el baño de la purificación, fueron santificados y hechos justos en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

La libertad no es para que pequemos

12 Se dice: «Yo soy libre de hacer lo que quiera.» Es cierto, pero no todo conviene. Sí, yo soy libre de hacer lo que quiera, pero no debo dejar que nada me domine. 13 También se dice: «La comida es para el estómago, y el estómago para la comida.» Es cierto, pero Dios va a terminar con las dos cosas. En cambio, el cuerpo no es para la prostitución sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo. 14 Y así como Dios resucitó al Señor, también nos va a resucitar a nosotros por su poder.

15 ¿Acaso no saben ustedes que su cuerpo es parte del cuerpo de Cristo? ¿Y habré de tomar yo esa parte del cuerpo de Cristo y hacerla parte del cuerpo de una prostituta? ¡Claro que no! 16 ¿No saben ustedes que cuando un hombre se une con una prostituta, se hacen los dos un solo cuerpo? Pues la Escritura dice: «Los dos serán como una sola persona.» 17 Pero cuando alguien se une al Señor, se hace espiritualmente uno con él.

18 Huyan, pues, de la prostitución. Cualquier otro pecado que una persona comete, no afecta a su cuerpo; pero el que se entrega a la prostitución, peca contra su propio cuerpo. 19 ¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, 20 porque Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo.

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