1 Tesalonicenses 2
La Palabra (Hispanoamérica)
I.— MINISTERIO DE PABLO EN TESALÓNICA (2—3)
Recordando la evangelización de Tesalónica
2 Saben, hermanos, que nuestra estancia entre ustedes no fue infructuosa. 2 Al contrario, recientes aún los sufrimientos y los ultrajes que, como están enterados, tuvimos que padecer en Filipos, llenos de confianza en nuestro Dios, les anunciamos su mensaje evangélico en medio de una fuerte oposición. 3 Nuestra exhortación, en efecto, nunca se ha basado en el engaño, en turbios motivos o en el fraude; 4 si hablamos, es porque Dios nos ha juzgado dignos de confiarnos su buena noticia. Y no tratamos de complacer a la gente, sino a Dios, que examina lo más profundo de nuestro ser. 5 Dios es testigo, y bien lo saben, de que jamás nos hemos valido de palabras aduladoras, ni hemos buscado astutamente el provecho propio. 6 Como tampoco hemos buscado glorias humanas, ni de ustedes ni de nadie. 7 Y aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos habernos presentado con todo el peso de la autoridad, preferimos comportarnos entre ustedes con dulzura, como una madre que cuida de sus hijos. 8 Sentíamos tal cariño por ustedes que estábamos dispuestos a entregarles no sólo el mensaje evangélico de Dios, sino incluso nuestra propia vida. ¡Hasta ese punto había llegado nuestro amor!
9 Recuerden, hermanos, nuestros afanes y fatigas: cómo trabajamos día y noche para no ser gravosos a nadie, mientras les anunciábamos el mensaje evangélico de Dios. 10 Testigos son, y lo es Dios también, de lo noble, honrado e irreprochable que fue nuestro proceder para con ustedes, los creyentes. 11 Tratamos a cada uno —¡bien lo saben!— como un padre trata a sus hijos: 12 exhortándolos, animándolos y amonestándolos para que se comporten de una manera digna del Dios que los ha llamado a su reino glorioso.
13 Damos por ello gracias a Dios constantemente, pues al acoger el mensaje evangélico de Dios que les proclamamos, no fue un mensaje humano el que ustedes acogieron sino, como es en verdad, un mensaje divino que sigue actuando en ustedes los creyentes. 14 En efecto, hermanos, también ustedes han compartido la suerte de las iglesias de Dios que se hallan en Judea congregadas en nombre de Jesús: a ustedes los han hecho sufrir sus propios compatriotas; y a ellos, los judíos, 15 que fueron los que mataron a Jesús, el Señor, y a los profetas. Los mismos que ahora nos persiguen a nosotros, desagradan a Dios y se hacen enemigos de todo ser humano, 16 al impedirnos predicar a los paganos a fin de que se salven. Están así llenando permanentemente la medida de sus pecados; pero el castigo de Dios se ha abatido sobre ellos de forma definitiva.
Misión de Timoteo en Tesalónica
17 Por lo que respecta a nosotros, hermanos, separados momentáneamente de ustedes en cuanto a la presencia física, que no por el cariño, hemos procurado con todo empeño visitarlos personalmente. 18 Lo hemos intentado, en concreto yo, Pablo, una y otra vez, pero Satanás nos lo ha impedido. 19 Y es que ¿quién, sino ustedes, será nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestra corona de gloria ante Jesús nuestro Señor, el día de su manifestación? 20 ¡Ustedes, ciertamente, son nuestra gloria y nuestra alegría!
1 Tesalonicenses 2
Reina-Valera 1960
Ministerio de Pablo en Tesalónica
2 Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no resultó vana; 2 pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos,(A) como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.(B) 3 Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, 4 sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. 5 Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 6 ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. 7 Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. 8 Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no solo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.
9 Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. 10 Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes; 11 así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, 12 y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.
13 Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. 14 Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia nación(C) las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos, 15 los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron;(D) y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, 16 impidiéndonos hablar a los gentiles para que estos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.
Ausencia de Pablo de la iglesia
17 Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro; 18 por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó. 19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? 20 Vosotros sois nuestra gloria y gozo.
1 Thessalonians 2
New Revised Standard Version, Anglicised
Paul’s Ministry in Thessalonica
2 You yourselves know, brothers and sisters,[a] that our coming to you was not in vain, 2 but though we had already suffered and been shamefully maltreated at Philippi, as you know, we had courage in our God to declare to you the gospel of God in spite of great opposition. 3 For our appeal does not spring from deceit or impure motives or trickery, 4 but just as we have been approved by God to be entrusted with the message of the gospel, even so we speak, not to please mortals, but to please God who tests our hearts. 5 As you know and as God is our witness, we never came with words of flattery or with a pretext for greed; 6 nor did we seek praise from mortals, whether from you or from others, 7 though we might have made demands as apostles of Christ. But we were gentle[b] among you, like a nurse tenderly caring for her own children. 8 So deeply do we care for you that we are determined to share with you not only the gospel of God but also our own selves, because you have become very dear to us.
9 You remember our labour and toil, brothers and sisters;[c] we worked night and day, so that we might not burden any of you while we proclaimed to you the gospel of God. 10 You are witnesses, and God also, how pure, upright, and blameless our conduct was towards you believers. 11 As you know, we dealt with each one of you like a father with his children, 12 urging and encouraging you and pleading that you should lead a life worthy of God, who calls you into his own kingdom and glory.
13 We also constantly give thanks to God for this, that when you received the word of God that you heard from us, you accepted it not as a human word but as what it really is, God’s word, which is also at work in you believers. 14 For you, brothers and sisters,[d] became imitators of the churches of God in Christ Jesus that are in Judea, for you suffered the same things from your own compatriots as they did from the Jews, 15 who killed both the Lord Jesus and the prophets,[e] and drove us out; they displease God and oppose everyone 16 by hindering us from speaking to the Gentiles so that they may be saved. Thus they have constantly been filling up the measure of their sins; but God’s wrath has overtaken them at last.[f]
Paul’s Desire to Visit the Thessalonians Again
17 As for us, brothers and sisters,[g] when, for a short time, we were made orphans by being separated from you—in person, not in heart—we longed with great eagerness to see you face to face. 18 For we wanted to come to you—certainly I, Paul, wanted to again and again—but Satan blocked our way. 19 For what is our hope or joy or crown of boasting before our Lord Jesus at his coming? Is it not you? 20 Yes, you are our glory and joy!
Footnotes
- 1 Thessalonians 2:1 Gk brothers
- 1 Thessalonians 2:7 Other ancient authorities read infants
- 1 Thessalonians 2:9 Gk brothers
- 1 Thessalonians 2:14 Gk brothers
- 1 Thessalonians 2:15 Other ancient authorities read their own prophets
- 1 Thessalonians 2:16 Or completely or for ever
- 1 Thessalonians 2:17 Gk brothers
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible
New Revised Standard Version Bible: Anglicised Edition, copyright © 1989, 1995 the Division of Christian Education of the National Council of the Churches of Christ in the United States of America. Used by permission. All rights reserved.
