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El criado respondió:

—Tengo en mi poder una pequeña moneda de plata. Se la daremos al profeta para que nos indique el camino.

(Antiguamente, cuando algún israelita quería consultar a Dios, decía: «Vamos a ver al vidente»; pues al que ahora se le llama «profeta», antes se le llamaba «vidente».)

10 —De acuerdo —dijo Saúl—. Vamos allá.

Los dos se dirigieron a la ciudad donde vivía el profeta,

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