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¶ Y los filisteos, tomada el arca de Dios, la trajeron desde Eben-ezer a Asdod.

Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.

Y el siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, y he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca del SEÑOR; y tomaron a Dagón, y lo volvieron a su lugar.

Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca del SEÑOR; y la cabeza de Dagón, y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente.

Por esta causa los sacerdotes de Dagón, y todos los que en el templo de Dagón entran, no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy.

¶ Pero se agravó la mano del SEÑOR sobre los de Asdod, y los destruyó, y los hirió con hemorroides en Asdod y en todos sus términos.

Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros, y sobre nuestro dios Dagón.

Enviaron, pues, a juntar a sí todos los cardinales de los filisteos, y dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel a Gat. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel.

Y aconteció que cuando la pasaron, la mano del SEÑOR fue contra la ciudad con gran quebrantamiento; e hirió a los hombres de aquella ciudad, desde el chico hasta el grande se llenaron de hemorroides.

10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y cuando el arca de Dios vino a Ecrón, los ecronitas dieron voces diciendo: Han pasado a mí el arca del Dios de Israel para matarme a mí y a mi pueblo.

11 Y enviaron a juntar todos los cardinales de los filisteos, diciendo: Despachad el arca del Dios de Israel, y vuélvase a su lugar, y no me mate a mí ni a mi pueblo; porque había quebrantamiento de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había allí agravado.

12 Y los que no morían, eran heridos de hemorroides; y el clamor de la ciudad subía al cielo.

El arca en Asdod y Ecrón

Después de capturar el arca de Dios, los filisteos la llevaron de Ebenezer a Asdod y la pusieron junto a la estatua de Dagón, en el templo de ese dios. Al día siguiente, cuando los habitantes de Asdod se levantaron, vieron que la estatua de Dagón estaba tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca del Señor. Así que la levantaron y la colocaron en su sitio. Pero al día siguiente, cuando se levantaron, volvieron a encontrar la estatua tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca del Señor. Sobre el umbral estaban su cabeza y sus dos manos, separadas del tronco. Por eso, hasta el día de hoy, ninguno de los que entran en el templo de Dagón en Asdod, incluso los sacerdotes, pisan el umbral.

Entonces el Señor descargó su mano sobre la población de Asdod y sus alrededores, y los azotó con tumores. La gente de Asdod reconoció lo que estaba pasando y declaró: «El arca del Dios de Israel no puede quedarse en medio nuestro, porque ese Dios ha descargado su mano sobre nosotros y contra nuestro dios Dagón».

Así que convocaron a todos los gobernantes filisteos y les preguntaron:

—¿Qué vamos a hacer con el arca del Dios de Israel?

—Trasladen el arca del Dios de Israel a la ciudad de Gat —respondieron los jefes.

Y así lo hicieron.

Pero después de que la trasladaron, el Señor castigó a esa ciudad, afligiendo con una erupción de tumores a sus habitantes, desde el más pequeño hasta el mayor. Eso provocó un pánico horrible. 10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón, pero tan pronto como entró el arca en la ciudad, sus habitantes se pusieron a gritar: «¡Nos han traído el arca del Dios de Israel para matarnos a todos!». 11 Por eso convocaron a todos los jefes filisteos y protestaron: «¡Llévense el arca del Dios de Israel! ¡Devuélvanla a su lugar de origen, para que no nos mate a nosotros y a todos los nuestros!». Y es que el terror de la muerte se había apoderado de la ciudad, porque Dios había descargado su mano sobre ese lugar. 12 Los que no murieron fueron azotados por tumores, de modo que los gritos de la ciudad llegaban hasta el cielo.

El arca en tierra de los filisteos

Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron desde Eben-ezer a Asdod. Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón. Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar. Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente. Por esta causa los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy.

Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio. Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón. Convocaron, pues, a todos los príncipes de los filisteos, y les dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel a Gat. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel. Y aconteció que cuando la habían pasado, la mano de Jehová estuvo contra la ciudad con gran quebrantamiento, y afligió a los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, y se llenaron de tumores. 10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y cuando el arca de Dios vino a Ecrón, los ecronitas dieron voces, diciendo: Han pasado a nosotros el arca del Dios de Israel para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo. 11 Y enviaron y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, diciendo: Enviad el arca del Dios de Israel, y vuélvase a su lugar, y no nos mate a nosotros ni a nuestro pueblo; porque había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí. 12 Y los que no morían, eran heridos de tumores; y el clamor de la ciudad subía al cielo.

The Ark in Ashdod and Ekron

After the Philistines had captured the ark of God, they took it from Ebenezer(A) to Ashdod.(B) Then they carried the ark into Dagon’s temple and set it beside Dagon.(C) When the people of Ashdod rose early the next day, there was Dagon, fallen(D) on his face on the ground before the ark of the Lord! They took Dagon and put him back in his place. But the following morning when they rose, there was Dagon, fallen on his face on the ground before the ark of the Lord! His head and hands had been broken(E) off and were lying on the threshold; only his body remained. That is why to this day neither the priests of Dagon nor any others who enter Dagon’s temple at Ashdod step on the threshold.(F)

The Lord’s hand(G) was heavy on the people of Ashdod and its vicinity; he brought devastation(H) on them and afflicted them with tumors.[a](I) When the people of Ashdod saw what was happening, they said, “The ark of the god of Israel must not stay here with us, because his hand is heavy on us and on Dagon our god.” So they called together all the rulers(J) of the Philistines and asked them, “What shall we do with the ark of the god of Israel?”

They answered, “Have the ark of the god of Israel moved to Gath.(K)” So they moved the ark of the God of Israel.

But after they had moved it, the Lord’s hand was against that city, throwing it into a great panic.(L) He afflicted the people of the city, both young and old, with an outbreak of tumors.[b] 10 So they sent the ark of God to Ekron.(M)

As the ark of God was entering Ekron, the people of Ekron cried out, “They have brought the ark of the god of Israel around to us to kill us and our people.” 11 So they called together all the rulers(N) of the Philistines and said, “Send the ark of the god of Israel away; let it go back to its own place, or it[c] will kill us and our people.” For death had filled the city with panic; God’s hand was very heavy on it. 12 Those who did not die(O) were afflicted with tumors, and the outcry of the city went up to heaven.

Footnotes

  1. 1 Samuel 5:6 Hebrew; Septuagint and Vulgate tumors. And rats appeared in their land, and there was death and destruction throughout the city
  2. 1 Samuel 5:9 Or with tumors in the groin (see Septuagint)
  3. 1 Samuel 5:11 Or he