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21 Entonces Saúl dijo:

—He sido un pecador. Regresa, David hijo mío. Hoy has demostrado que respetas mi vida, y por eso no te haré ningún daño. Me he portado como un insensato y he cometido un grave error.

22 David le respondió:

—Aquí está la lanza de mi rey. Envíe a uno de sus hombres para que la recoja. 23 El SEÑOR le da su paga a cada uno según sus hechos, recompensa si se hace el bien y castiga si se hace el mal. El SEÑOR lo puso en mis manos el día de hoy, pero yo no le haré ningún daño al rey que el SEÑOR eligió.

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