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12 Los muchachos de David dieron media vuelta y regresaron adonde estaba David a quien contaron las palabras de Nabal. 13 David ordenó a sus hombres:

— ¡Todos a las armas!

Todos empuñaron su espada, al igual que David, y partieron tras él unos cuatrocientos hombres, mientras que otros doscientos se quedaban guardando las pertenencias.

14 Uno de los criados avisó a Abigail, esposa de Nabal:

— Mira, David ha enviado unos mensajeros desde el desierto para saludar a nuestro amo y él los ha humillado.

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