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y dijo a Saúl:

—¿Por qué escuchas las palabras de los que dicen: “Mira que David procura tu mal”? 10 Hoy han visto tus ojos cómo Jehová te ha puesto en mis manos en la cueva. Me dijeron que te matara, pero te perdoné, pues me dije: “No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová.”

11 »Mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano; porque yo corté la orilla de tu manto y no te maté. Reconoce, pues, que no hay mal ni traición en mis manos, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela.

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