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Y David le respondió:

«No te preocupes por eso, pues desde hace tres días hemos estado alejados de ellas. Aunque esta misión no es muy importante, cuando yo salí mis hombres ya se habían purificado.»

El sacerdote le dio entonces los panes consagrados,(A) que ya habían sido retirados de la presencia del Señor, y cambiados por panes calientes de ese mismo día. Ese día se encontraba allí, ante el Señor, un edomita llamado Doeg, que era el jefe de los pastores de Saúl.

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