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14 ―Y entonces, ¿qué significan esos balidos de oveja que me parece oír? —le reclamó Samuel—. ¿Y cómo es que oigo mugidos de vaca?

15 ―Son las que nuestras tropas trajeron del país de Amalec —respondió Saúl—. Dejaron con vida a las mejores ovejas y vacas para ofrecerlas al Señor tu Dios, pero todo lo demás lo destruimos.

16 ―¡Basta! —le interrumpió Samuel—. Voy a comunicarte lo que el Señor me dijo anoche.

―Te escucho —respondió Saúl.

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